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  • Writer's picturesimona dancila

spanish poem BIOGRAFIA LIRICA, published in Antologia Grandes Poetas

Nacionalidad:

Rumanía

E-mail:

Biografia lirica

A lo largo de mi perennidad

Me has vivido, te he vivido, algo divino se ha rompido... Disecaba tus pertenencias para recoger veneno, Una escalera de telaraña recogía mis pasos desperdiciados Dentro de la casa plumosa.

Tengo tantas cabezas de hielo Que no sé dónde ponerlas: en la almohada, sobre las Butacas hambrientas, en el marco de la cocina, Debajo de la cama, sin agua y luz, para obedecer Órdenes inmorales, para comerse el polvo radioactivo De la soledad... Y guardar uno, el más hermoso, para fundirlo En te de hierbabuena esta noche, en frente de ti. Un sendero vacilante me sale de la boca y, por cualquier parte Caminas en ello llegas al mar-vidrioso final de tu Hegemonía, retorica división del pecado en su esplendido Adelanto. Impúdica suavidad.

Impiedad.

Tu voz Se rompe en el teléfono, en la calle sobrecargada de suplicios, En el antañón comedor, en el silencio que sube al revés Por intermedio de los grifos anatómicamente abiertos, en el Extraño desastre de la iluminación. Torpe como un tordo Enterrado en brasa, sin brío y sin ganas abres La puerta de la cocina.

Constatas.

La cola de una constelación Te congela: en este paraíso muy pequeño Blanca Nieves te adorara. Está lloviendo de un modo desconocido, profundidades de níquel Horadas de paraguas rojas, los rizos de plomo de las sombras Piernas licuadas para cuales el caminar es una Imitación inconsciente del modelo fosforescente que anda Adelante con un paso.

Impresionismo.

Retirados en el último momento De la antecámara devoradora, casi líquidos, corremos Sobre aceras que se cierran detrás, funerarias. El ocaso se está cicatrizando en estructuras venenosas, los dioses Morados se están macerando en úteros colgados en el horizonte Ventiladores transparentes dispersan el olvido: existió, hace tiempo Un Sol, algo parecido, una extrapolación, aunque si nos parece Interesante nuestro actual palor, aunque si nos vimos tan hermosos En inversiones relumbrantes, aunquesi nos gusta tanto El infernal ensueño. Algo pasa, una pequeña desinformación. ¿Porque nada escribe en los diarios?

Son blancos y secos Adecuados para empapelar diamantes postizos, nódulos Lunarios, ojos que nacieron en el fondo del océano, a raíz de Una relación demasiado fluida. Alguien nos saco la grasa Diciendo que es mugre. Y esta lluvia está regresando En su célula de cristal. El de vosotros quien se comió el Arco Iris Es un caníbal En el revés áspero de la memoria, nosotros somos los que Desmontamos el demonio en pequeñas sortijas Labor del Domingo-para que las mujeres sepan por donde irse, Por donde acarrearse las sonrisas coloradas, la sensación de Belleza y ligereza-seda sobre los huesos-libramiento De los iconos deteriorados hasta los adentros santos de miel Donde la luz minúscula esta germinando. Nosotros remediamos el blanco Reloj de la torre de la inmortalidad, nosotros cosemos lentejuelas En el contorno matricial de las horas. Nosotros, aunque blandos, Desenganchamos los segundos de este futuro frenado Por nuestros zodiacos que rompen la fortuna en palabras directas, Inteligibles. Pero no podemos vivir así, nos duele la corona orgánica Adornada de rubís, topacios, zafiros Y esmeraldas que crecen directamente en el hígado, durante la noche En este infinito cuadrado al que Procustes llamo, mezquinamente, lecho No podemos vivir con esta testa de cristal que una vez fue inmemorial Que una vez fue Luna omnisciente rellenada de sangre blanca de ángel Abisal, que una vez fue manzana omnipotente rellenada del sangre Mineral de los que no pueden nacerse y recomponen la paz Neolítica del Monte. Sí, me duelen los verdugones que Yo tengo en el cielo, heridas otoñales en mi cuerpo de luz Noviajal, fervorosa-estación y sentimiento, surrealismo lucido de una Muñeca vieja. Mientras tú vives aplastado entre el televisor y el Refrigerador, yo estoy descubriendo, por intermedio de grandes Desmitificaciones, mi otro sexo, el de ángel, colmo de la inestabilidad, Colmo de la felicidad intelectual. Los aperos lunares trabajan en el fondo Plateado del ojo antenatal, derribando las imágenes empapeladas en frio Oropel. La línea de depuración corta ligeramente el dormitorio-- Bombonera donde yo tengo que ser el Bombón, vidrio dulce traspasado Por una espina inquieta, encabritada hasta su desintegración. Con patas de Gato, genio insensato, tocas el margen de virginidad cósmica, te duermes Un amor vertiginoso, acidulado en los claustros del corazón. Respiras, Tigre procaz, empujando tus hambres que horadan en mi lirica Debilidad. Aunque no puedes salir de tu fascinante ausencia Te siento aurífero en cada ilusión, flotando embriagantemente, indomable Mentiroso con sabor a fanfarrón. Esperándote en mi balcón me extiendo En tu hechizo y me salto en tu ladronera tan lanada, laica Y burlona, donde escondiste las nueve lunas de mi corazón. Y Yo tengo que lustrarlas con letras de algodón, con nubes vivos de seda, Con mi propia imaginación. Oigo todo lo que pasa en ti realidad De lata, la luz misma tiene eco otoñal en mi vientre, como una Retrocesión latente de larvas azules. Hipersensibilidad, eco Visceral de la Creación. El suave ídolo panificado de los pobres Rompe un nuevo día de su alma mullida y el dolor se difunde en el Jardín suspendido de este amor-balance medieval dentro de una Membrana verde de fruta tropical. Las labores del Hombre son Suplicios del coral: la sangre recobra su dureza mineral, palabras Sumergidas parecen maravillas fulgurantes, escamas de un pez Inmemorial cuyos cuentos líquidos se prolongan en la memoria abisal. Si tienes hambre, ¡muérdete! Si tienes sed, ¡trágate! Si tienes sueño, ¡Suéñate! Cada uno se hizo a sí mismo, con grandes vacilaciones, En los tenebrios antenatales, a su gusto-pesadilla pesada que devoro su Nombre para olvidarse de sí y dormir anegada-espeluznante anemia En el cerebro de mantequilla, apenas coagulado en su inmaculada Lejanía. ¿Alegría? ¡Ay, si, alegría! Un angeló poniendo en escena Una comedia, un muy buen amigo que puede dirigirte, a traves del Humo, hacia tus juguetes de ceniza, hacia El Hambre y La Sed, Hacia tu cama de césped. Y, también, una barbaría con guantes Aterciopelados que ahogan lentamente, sin motivos exactos Tu ingenuidad. Dejaste la palabra caer en tu boca y su ausencia en El cielo no la suplirás jamás: hablaras y hablaras... Susurrando y Gimiendo, las palabras mataras. Y, siendo serpiente, la manzana Encontraras. Vivirás con mucha sencillez esta muerte límpida Donde los grifos enanos arrojan, letra tras letra, poemas sin Vascularización. Las líneas de usura de esta luz a la que los dioses Han abandonado por encima de los cuerpos, para atraparlos, Te dirigirán hacia tu pupila de mármol. Tu microorganismo negro Te espera en la simetría infernal. Imitas la fatiga de un abuelo Empujado en su rincón. Gritos sin ningún sentido anuncian que eres Ávido y, en esa greguería, nadie sabe todavía donde está el malhechor. El autor. Lo conoces vagamente, en otra mente, propagado con El primer pecado, el pecado de la habladuría, el que provoca tu eterna Penuria. Aunque no sabes eso, eres obstinado como un burro: serás Prematuro, bien adelantado en tu espejo espectral, feliz en tu ampolla Transcendental. El sueño del Autor genera esta dulce imponderabilidad, Las raíces de tu religion sorben agua de verdad. Acabas de inventar la Divinidad, algo muy resbaladizo, acuático y lujoso, al que no puedes Proteger, a pesar de tantas oraciones. La garantía para volver a las Cosas tan amadas que te velaron al nacer. Tienes que enloquecer Para no perder el sentido. Y tienes que vivificar los grandes misterios Que te hicieron pensar. Y tienes que vivificar la rueda que te hizo Adelantar. Y tienes que vivificar la cruz que te hizo pordiosear. Te han dicho las rosas del infierno que me duermo en una espina, que mi Tranquilidad vidriosa es un circulo cuadrado, que te extraño en mi Esquina, que este es un otro tipo de otoño, solamente mío, dentro de cual Estoy andando con la cabeza abajo, debajo de las raíces, debajo de las Veredas verdes de vidrio, con los pasos pegados a tus plantas frías Que me llevan hacia el imperio incomodo de los gusanos. No tengo idea Que es lo que nos mantiene juntos en esta inútil prolongación retiniana Cada uno en su cielo magnifico al cual lo rompe con obstinación y Destacamento de dios mimético y artificial, cada uno con su era glacial Estallada en segundos de rabia punzadores como los ojos de gato negro Enterrados en nuestra oscuridad neuronal. Tus ropas oleándose en el Colmo de la inocencia, con conchas en los bolsillos-eres tan cerca Del mar, te veo al revés, blanco abajo y muy oscuro arriba, con la cabeza Vendada de algas, sin ser afeitado, con ojeras por doquier, dejando un Rastro relumbrante con la frente rebelde en las arenas movedizas de mi Alma y tengo ganas de gritar: has olvidado que yo fui quien se anego Que yo tengo que resucitar estos inmensos ángeles que apagan la Lamparilla de noche para dejarnos dormir en paz. Con movimientos Fetales nado en tu luz secreta pero me quedo siempre al margen-pétalo Marchito dentro de un plato hondo lleno de vinagre-interminable Sumersión dentro de un medio mucho mas solido que yo. Hostil, estanco, Al cual no puedo alcanzar el Blanco. Las puertas se abren directamente En la clepsidra de la soledad. Los bibelots producen frialdad domestica: Este aire hibernal que conserva la fidelidad. El ojo de carne te vio con Otra mujer, la mujer alucinante del parecer, el espantajo, la birria que se Planta en el colmo del placer, al que las esposas no pueden proteger. Me mientes con tanta puerilidad-puede ser esto un cabo de la sinceridad, El final visible del pecado, el principio de la integridad, el regreso hacia La perfecta edad, grande astucia de tu inmoralidad. Soportarte en el cielo Limpio, azul radiografía de mi amor esencial, viendo debajo nuestra Fidelidad helada, nuestra felicidad nevada, soportando difícilmente la Altitud-mi altitud ingrata-reducida a estas pestañas carbonizadas que No se deshacen para dejar el ojo volar dentro del dormitorio desarreglado. Arranco mis días de tu carne, arrancas tus días de mi carne y esto no nos Está causando ningún dolor-dioses de felpa guardan la solidez del Matrimonio, las junturas doradas de este santo tiovivo. Tu primera Conciencia se sobresalta cuando abandono mi carne para experiencias. Mi Velocidad interna, el esfuerzo de atravesar espaldas malvas de diablos que Me adoran, medrosos, frágiles como los huevos de una falsa divinidad, Todo te hace pensar que soy un espejismo, una novia del fracaso, un Kirieleisón mudo. Me quiero, Y love me, je m'adore, este sentimiento Férreo me tiene atrapada en mi misma, en mi edad de piedra. Me adoro, Me necesito, me extraño, soy mi animal de compañía, mi diosa Archeopterix y mi poesía. Pero por ti soy una leonesa negra con Profundidades de marfil que rompe tus lazos cruzados. Esta noche es una Mina lirica de mi pueblo, con huellas de plata en ella, desde cuando Dios Se seco las manos con la bóveda, a causa de esta Creación muy grasosa. Muerto en el pan, el cuchillo muestra la hora exacta, la hora del Hambre mundano, en torno a la Mesa Redonda. Una cara sensible de Payaso nos miente que todo es O.K. en esta noche, pero nosotros sabemos Que el silencio es tan solo una colosal falta de argumentos. Muerto en la Mujer, el hombre está soñando novelas de caballeros, aunque mañana Ira al trabajo con el autobús. O, precisamente por eso. Necesitas Prolongarte en tus adentros, extenderte en los imperios de humo de la Soledad, horadar pozos en tu subconsciencia llena de cuentos vírgenes A las que tú, héroe blanco sin identidad, genio ido e inactivo, debes Reactualizar. El pensamiento ampliamente tirabuzonado parece la famosa Lana de Oro, la que provoca el descanso total, la conservación mitológica De los órganos agotados, combustible inestimable de la ilusión. Usurpador En las ropas de cama, haces girar el cuarto faraónico, pobre larva cansada Por la evolución. Las babuchas te odian y arrojan tus piernas atrás, en la Eternidad, en las tinieblas prenatales, en este gabinete de anatomía para Analfabetos envenenado con respiraciones de conejo. Aquí, en la plasma Verbal, con las consonantes pegadas en ti, con las vocales fundidas en tu Boca, te estás hundiendo en la palabrería general: eres un gongorismo Retorico, el suicidio literario, un apoyo $3>fórico de mi alma prensada en La Biblia. Ellos saben que te conozco: me han pedido a instalar de algún Modo a Don Quijote, a integrarlo en el sistema vacio del totalitarismo, Empalmarlo a nuestros conductos existenciales dentro de cuales corren Letras enmohecidas. Para cumplir este deber apocalíptico me han dado Una pluma pesada que me tira abajo, en el fondo de la Concepción. Pero El está huyendo de mi, cabalgando su rocín, sobre la espalda pedregosa Del Dios De la Literatura centellando. Necesito una llave inglesa de oro Para atornillarlo en la historia, a su lugar, para que todo funcione de Nuevo, caleidoscópico, revolviendo los sentidos. La soga que me la Dejaron los antepasados es demasiado deslizadiza para subir a él, en largo Monologo, tal vez suplicante, tal vez arrogante, cogiendo letras de altura. A pesar de Esto, lo estoy persiguiendo desde mi inferioridad, huella de Casco en huella de casco, asombro en asombro, añoranza en añoranza. Mi Mitología se abre con la limosna del nombre, en las aguas rosadas del Bautismo natural, por donde nadan mis copias pintiparadas de luz-agonía Prenatal, agotamiento prematerial que hace mis ojos parpadear. ¡Tanto Polvo dejo tu huida en mi memoria! Debo examinarme al revés para Ver qué es lo que has roído y para reparar la poca cosa que me quedo con Pan y vino. Enredada entre mis arrugas dirijo esta revolución de larva en La seda de la poesía: la eterna despedida nos duele solamente en el astral, Donde nuestra incapacidad tienen raíces ciegas de cristal, donde vivimos Para destruir el hogar, donde los niños perdidos aprenden el sueño Crepuscular. No tengo carne para ti, no tienes carne para mi, en este Reactor de felpa negra somos tan solo dos figurillas pensativas que Representan la fragilidad de la civilización. Viviendo juntos chocaremos, Desfigurando la realidad. Nuestras estatuas de yesca no pueden llorar más. La mecánica del cielo nos rechaza. Mi edad de piedra empieza de tu Espalda montañosa-tengo que extraer de ella los diamantes de Sísifo. Debajo de tus omoplatos el infinito cavo su sepulcro refinado: me amaras En este oratorio eviscerado, sin ecos, y yo seré una vez más un monigote Invertebrado, una mitra de hielo en tu coronilla deslizadiza, una falla de Faldón. El dolor tiene remedio en mis dedos de algodón, escritura plumosa En tu armadura de encarnizado sitiador. Sin chistar ni mistar haces un Túnel de nácar hasta nuestro hogar. ¿Nuestro hogar? Pero aquello es el Paraíso envuelto en su épica piel existencial y nosotros somos los dos Santos aislados: El Marido y La Mujer, siempre sonriendo para no morder. Y tenemos que lucir estas cabezas preciosas, y tenemos que nutrir la Religión domestica, y tenemos que glorificar el monstruo bicéfalo del Matrimonio. Días-agua, días-fuego, días-aire y días-tierra, tenemos Que hacer funcionar la rueda carnal. Tenemos que amarrar cada estrella Aun deseo muy normal. No puedes contentarme porque tengo sed de Naftalina blanca: la muerte aterciopelada de las polillas sentirla entre tus Ropas abigarradas como las plumas de halcón solitario. La tentación no Cabe más en la imaginación, me duele tanto el regreso de la costilla en la Anatomía universal, en el esquema defecto de la armonía, inventada Demasiado tarde. Mi negra undulación, el filamento quemado de la Feminidad la agotada pasión-todo luce en tu museo masculino adornado Con plumas de gallo. Tus orejas flotan apaciblemente en el Orinoco, en el Nilo, en el Danubio, las sinfonías corren por entre nosotros fertilizando el Silencio. El cielo del noche-relumbrante esmeril-está sacando lustre a Nuestras caras de marfil, a nuestras almas mates. Nuestras ausencias se Abrazan fuertemente en el lugar vacio de la mente. El beso se divide en Intenciones cada vez más inciertas. Nuestros moldes cadentes flotan en la Memoria Azul-la memoria común, el zarzal de nociones matutinas: la Odisea de cada día comienza con estos alveolos de goma llamados Tú y Yo. Trasluz del cerebro entre los objetos que crecen del tronco Haragán de la materia desconocida, cuya debilidad de molusco nos está Ablandando. Somos falsos, si, pero unos falsos admirables, que salen del Huevo de daimon coronados, crudos e impíos. Nos caemos por la tubería Umbilical hasta la cocina. Colgados a las jarras de café aplastamos la larga Poesía de las magnolias internas. Mudamos nuestras sombras violadas de Aquí para allá, nuestra ceniza fina vuela en el cielo arruinado. Arranco mi Mañana de tu carne, arrancas tu mañana de mi carne y esto no nos está Causando ningún dolor. ¿Qué clase de amor lacustre es este que mama Todo el calor de nuestros cuerpos nocturnos con almas de búhos Desorientados? Caben demasiados ojos en este receptáculo sensitivo, Cosidos por las Mamaítas infernales debajo de las cejas movibles-son Los ojos del sueño puro, las rodillas transparentes de la soledad. Dentro de ellos, prístinamente enroscada, no tengo ninguna Responsabilidad. A las orillas del pensamiento estoy pescando el mayor Sentimiento. Mi eternidad inicia de esta gran debilidad. Un recuerdo verde Anega mi identidad... Puedo bailar, puedo ser el Cisne Negro encima de Un lago glacial, puedo hacer striptease para estos pálidos caballeros que Convalecen eternamente, puedo niquelar órganos enmohecidos, pero no Me puedo enamorar: es este un laico agotamiento, una sequia cerebral. Mi tríptico revela las fases del Héroe desfigurado debajo del sudario Financiar. Novia carbonizada, mi patriotismo platónico tengo que Defender delante del altar desvalijado: Soy piedra del estado, cliché aureolado, calavera-satélite en torno de un Himno profanado. Los que cuidan las reliquias retuercen el tiempo-las Naderías arriba y las perlas abajo, para que no se acabe el trabajo. La Palabra 'Yo' se desencaja causando dolores mitológicos a los héroes que Son, ahora, hombres normales con bocas para comer y manos para Trabajar, con pies para pisar y ojos para mirar. Te rodeo en la suave Circularidad del deseo: eres un tiburón inofensivo en mi espejo de leche, El lugarteniente del dragón. Una lámpara de azúcar está viajando hasta La yema vidente-todo pasa en el televisor, desviación licenciosa de Nuestra calmosa relación, de nuestra desleída pasión. Me miras todavía Con las pepitas marmóreas cuales se duermen en tus verdaderos ojos Fosforescentemente abiertos. Por supuesto que no soy tu esposa: nunca Salire de esta deliciosa rosa, nunca abaratare el jazmín fastuoso, nunca Falsificare mi orgullo incestuoso. Soy tu País del Olvido, heteróclito, Donde se clava el negativo mudo de cada grito, donde la vaina de cual Fuiste arrancado es cada día untada de olio santo para que tu regreso sea Azucarado. Los agoreros extraen la historia de tu meollo con tenazas Incandescentes porque no quieres avanzar, ni retroceder. Te empeñas a Buscarme aquí, donde el alma sale de madre, pobre soldado trastornado, Fundido en su diario apocalíptico como una Biblia fecundada dentro de Cual los santitos se parecen tanto a ti y piden cosas mundanas: botas, Tabaco y letras de una patria muy cansada, donde los corazones de seda Pueden descansar en una celeste galería sin puntos cardinales, con un Sagrado gato blanco entre los brazos despojados, donde el futuro se Duerme en un escaparate flotante en el Styx, remixtura de fauno y esposo Fútil. Mis zapatos de charol color malva olfatean estas botas perdidas Llenas de pasos restantes-nidos de ángeles desheredados, casi gavilanes Blanqueados que pican las estrellas de agua: este es un canto de sirena, Tapate las orejas o, al contrario, te morirás la muerte oceánica de los seres Polvorosos. Mis zapatos de charol color malva están naciendo dos Tobillos de nácar, dos huevecitos brillantes de pájaro lunar. Este es un Canto de sirena, tapate los ojos o, al contrario, te morirás la muerte Pedregosa del ogro. En almíbar nocturno, mis zapatos de charol color Malva están naciendo rodillas y hombros, codos y pómulos, caderas y Muslos liados con veneno de hembra integra. No debes titubear. Lo que En tu alma se desvela es un cuerpo ideal. Esta cosa pesada que oprima tu Pecho es mi peso universal. Lo que toca tu núcleo es mi dedo colosal. Tu noche interna que sorbe los sentidos es mi canto de reina a punto de Triunfar. Si abres los ojos, el cielo se va a caer dentro de ti aplastando el Ideal. Si abres la boca, las palabras se desembocaran en tu mente virgen Para devorarla. Si mueves las manos, todo lo que edificaste debajo de la Realidad se desintegrara. Si mueves las piernas, tus caminos abismales Se ahogaran. Deja que este amor sea tu alivio. Como un topo de felpa Valiente mis vacios barrenaras. Mi peine será tu bosque impenetrable, Mi pañuelo blanco será tu interminable invierno, mis abalorios serán Las aguas ancianas que anegan el tiempo. Empeñado en la bandera, te van A penetrar los colores santos de tu patria póstuma. El patriota despertara, Con el refranero preparado, en su propio museo de objetos pasados de Moda donde parece un golfo encadenado. El cerebro transpira a causa de Tanta lucidez fundamentada. Hado de hada, la vida entra en mí sin decir Nada. Me gasto en el calendario, muy lejos de mí, el reloj es un rosario Que da vueltas en torno a ti, pero tú, lindo y cariñoso hijo, no entiendes Nada de lo que te digo y no quieres nacer, no quieres agarrar tu luz, no Quieres poner carne en tu cruz. Ovillo de arrugas, maestro de Infernologia, Enséñame a contar sin perder palomitas, ovejitas, flores, menudencias Marinas y otro detalles que se me quieren escapar en el torrente de la Incapacidad verbal. Mi anillo de boda es en su luna de miel, una boca Dorada anunciando el convite de la piel. Mi madre es una herida, no Puedo cicatrizar mi vida. Mi amante malo es como la nieve de mayo, la Nieve de los corderos, impalpable velo de mi recia corporalidad. Mi Amante bueno es un suspiro de ángel, la falta eterna de voluntad. Besar es Perder mi oxigeno, ponerme azul-marino, exhalar todo el calor, anegar Mi signo zodiacal en saliva corrosiva de matador. Queda algo después de Amar: una caldera llena de basura donde el ex-amante, gato sin amo, Busca su almuerzo toxico, siendo dependiente de ello, siendo aojado en su Cristalino vacio, mudando la piel, con el flauta de Pan fijado en su Garganta rosada y delgada, con la cola arruinada, tratando de parecer Guapo. Queda algo en la cama: pulgas invisibles, popas de seda Empujando el cerebro en lejanías deshuesadas, capullos sacrosantos Con sueños muertos adentro, cacharros a limpiar, y limpiar, y limpiar Para volver a encontrar aquella transparencia primaveral de porcelana China monárquica, el llavero desdentado, el televisor apagado. Materia sin estructura alguna, soy una bailarina de goma en la Luna Penetrada por agujas esmeradas, la anatomía de cera donde las brujas Infunden ojera sobre ojera, hebra en hebra, filón en filón para concluir la Figuración. Nomeolvides, grito de flor, estribillo de la marchitada Esplendor, sublevación de los botones helados en el jardín interior. Nomeolvides, propagación deplorable de la emoción, transmudación en Planos vegetales de larga respiración, llanto de hechura abigarrada que Pone las aguas en el cielo porque no puede llorar, no puede coser su Hendedura. Haz soterraña, mineral, cargada de raíces de los tetemos Aun innombrables, inodoros, inofensivos, postes-pistilos que Sostienen los imperios tardíos de los grillos. Engendro muy buen mozo Con la muleta clavada en su pozo. Olvido. Esta increíble flor: Olvídame. Este impío color. Este inaceptable hedor. El que ríe no sabe que es el Amor. El que ríe expone su ombligo secreto [el ojo adámico], muestra la Pepita del impudor, salpica su Camino-Atrás con pimienta, sal y polvo Exterminador. ¡Ay! Quiero robar mi ángel y enjaularlo en mi poesía, darle Agua y luz de la misma rima, engordarlo de metáforas con muchas Proteínas. Quiero ser pirata y hacer la religión con mis huesos cruzados... Esta increíble flor: Olvidamedeltodo, Olvidamedeltodo, desde el calcáneo Hasta el codo, deshila mi imagen dormida desde el sol hasta la luna, Envenena la laguna del recuerdo. Con la mano derecha me sacas del Pecado y con la mano izquierda me adentras mas y mas: he nacido con los Diez lunas rosadas de nácar de tus uñas en mi cerviz, llagas prenatales, El derrumbamiento de la educación, el regreso de las ciencias complicadas En el pulmón-la primera respiración. La esposa-zorra nunca se Enamora. Los hombres pueden reinventarla cada mañana sin dañarla- Interminable nimiedad despuntando en la plumosa intimidad, aun Avahando, aun liada a su inmortalidad con unos hilos paradisiacos: en el Huevo del sueño encontraste los juguetes del demonio. Los caminos de la Protomemoria agolpados en tus calcetines negros de militante que se están Secando en buhardillas rusticas. Mis piernas-serpientes-blancos Enrollándose salerosamente en tus sesos. Nudos en la narración. Piedra de Piedra, toda la materia se gatea encima de los estremecimientos flexibles, Cada vez más concreta: cuatro axilas cavadas en tierra deleznable, cuatro Hombros apenas desenganchados, frente doble, pecho forrado con pecho. Palmas tomando cuerpo de palmas, plantas comiendo plantas, agricultura Loca en el campo epidérmico. El Cadáver hallo la quebrada por donde su Patria se prolonga vertiginosamente por debajo de la amputada geografía, Esta patria que lo calienta a hurtadillas, esta patria a cual medimos con Arrugas largas. Carnívora. El Cadaver-Mastil nos guía por los estrechos Maternales. Oímos el clarín. Extraviado en una circunvolución, el nuevo Vástago descansa en su oración en su fibra suave, evitando cualquier Esfuerzo: no tiene idea de su muerte, esta caído de un nido agusanado, Vive para agravar su pecado, estúpidamente enamorado. Quieres decir Algo al cabo de tu catafalco, quieres decir algo al teléfono, explicarme Tu ausencia tempestuosa pero tu boca calla a la raíz de la rosa. Rosa Inclinada, rosa estrechada, rosa despiadada. Existe algo más entre el día Y la noche, el tercer estado, muy espinoso, un translucido calabozo En el fondo del insomnio póstumo, una lucidez de humo. Malformación Cronológica. Desilusión. No puedo coger el mango de la sartén. Una Sastra seca señala algo en mis ropas; son mis reumatismos de satén, el Baile de mis huesos pesados, lustrados y grabados de calaveras Simplificadas hasta la pepita de la razón. No puedo tocar el tirabuzón para Sacar el corcho de mi emoción. La champaña me espera en un grano de Uvas. La música nos pega, la música nos forja, los cobres picotean nuestra Crudeza: Hola Julieta, Adiós Romeo, nadie puede cuidar nuestra riqueza. Desde que la Herramienta alzo la cabeza desde el reino mineral, nosotros Urdimos incesantemente para fraguar un cielo alternativo-un álbum Familiar. No hay mente, hay sol aguardiente. Aguardiente universal, ritmo Campesino, esencia de un pino que punza el cielo inflado con su pico Fragante y dorado, enfermedad de superhombre atrapado, historia, cuento, Erramiento en el mundo de adentro, entre cosas hechas de niños. ¿Tu Sombra te esta abortando o tu abortas tu sombra? ¿Cuál es el elemento Sagrado? Espérame en este cuadro, afeitado, con la sonrisa volando por Encima del mar: es nuestra primera vacación, una vagancia floreciente, el Inicio de la erosión. El océano del dolor se ha evaporado bruscamente Dejándote aplastado en mi mente, debajo de una manta de sal. La Salinidad aumenta en toda esta opacidad: eres una pista de hielo inclinada Hacia tu roca que reza, acusadora. Tu roca vestida de bata onduladora. Tu Roca que parla con migo, ahora. El Juicio Final, Entre nosotros, es una conversación Ordinaria, extracción de faltas abismadas en nuestra carnosa vitalidad. La oreja es la máxima inflorescencia de las vísceras dilatadas. Oírte es Devenir gruta huesuda con murciélagos sordos que oscilan esperando El sonido salvador. Un ruiseñor, o algo parecido, regresando en las aguas Como una esmeralda viva... Me has perdonado, te he perdonado, algo Divino ha despuntado. Es el amor contrahecho, el insoportable derecho De ser pisoteado por el monstruoso ser amado que embucha tus noches Y mancha tu lecho. Eres mi techo y soy tu techo, de tejas abajo andraja y Andrajo, de tejas arriba tejedura resplandeciente bordada de escenas de Veraneo, ventanas teatrales por donde los tatarabuelos chupen la Esplendor. Hemos pasado juntos muchas infancias, infancias de infantes Entre iconos implorantes, infancias de corzos rápidos y tímidos, que Engañan fácilmente al cazador, infancias de lluvia y sol. Y ahora, Esta Convalecencia con frutas muy maduras, con te calmante, con herraduras Inoxidables, con visiones lubricas que portan el féretro más allá del jardín, Flotando en el rocío rizo, más allá del confín postizo que separa el ajetreo De la serenidad. El universo es muy estrecho, no puedo dar pasos en esta Disminución hostil, las estrellas me punzan el pecho, los días se ponen Añil. La verdad está hecha de minúsculas mentiras, mentiras digeribles, Semillas cristalinas que lucen en la radiografía. Me muero al revés Y los grillos chirrían exasperados-ocupo demasiado espacio en la patria verdosa de ellos. Todas las patrias se juntan en mi, deshabitadas, Desmemoriadas, desinventadas.

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